Getsemaní
La acuarela “Getsemaní” nos invita a una profunda reflexión espiritual y estética, en la que se entrelazan las imágenes de los apóstoles dormidos y la figura solitaria de Cristo en oración. La escena evoca la fragilidad humana y la fortaleza divina.
En Deuteronomio 32, 11-13, se describe a Dios como un águila que cuida de sus crías, llevándolas sobre sus alas, una imagen de protección y guía. Aquí, los apóstoles, acurrucados como en un nido, simbolizan esa dependencia y vulnerabilidad humana. Al igual que los polluelos que aún no comprenden el vuelo, los discípulos no logran mantenerse despiertos, simbolizando la incapacidad para comprender plenamente el sacrificio que se avecina.
Por otro lado, Mateo 26, 36-46 nos muestra a Jesús en uno de sus momentos más humanos y divinos. Cristo, en su soledad, ora y lucha con la inminencia de la cruz. Su oración ferviente es un testimonio de su entrega y obediencia total al Padre, incluso en medio de la angustia. La figura de Cristo al fondo de la pintura, rodeada por colores oscuros y vibrantes, refleja esta intensa batalla espiritual.
Dios obra en el hombre a través de su debilidad, como lo muestra la imagen de los apóstoles. Su sueño, aunque fruto de la debilidad, es también una oportunidad para que se revele la fortaleza de Cristo. En su debilidad, ellos son sostenidos por la oración de Jesús, quien, como el águila de Deuteronomio, los lleva en sus alas hacia la redención.
Así, la acuarela no solo captura un momento bíblico, sino que nos invita a contemplar la belleza de la vulnerabilidad humana y la infinita compasión divina. En la quietud del jardín, se nos recuerda que, aun en nuestros momentos de mayor debilidad, somos sostenidos por el amor y la gracia de Dios.
Técnica
acuarela
Temática
Bíblica
Tamaño (Chica)
6.97 W * 10 H * 0.39 D (inches)
17.7 W * 25.4 H * 01 D (cm)
Año
2025
            
			

