PAULO EDUARDO MEDINA (DELICIAS 1964)

Pintor, desde niño, ha encontrado en este arte una forma idónea para expresar su propia percepción de la vida y del mundo.

Portador de una rica experiencia pluricultural, al terminar la Educación Media Superior, en 1982, viaja a los Estados Unidos por espacio de un año para perfeccionar el inglés. Es ahí donde reafirma su interés por la pintura gracias a su participación en concursos escolares.

A su regreso, ingresa en el Seminario Arquidiocesano de Chihuahua, y al cabo de ocho años, es ordenado sacerdote el cinco de junio del presente año.

Su formación filosófico-teológica y humana, ha cimentado profundos valores lógicos, éticos y estéticos, que han ido configurando su espíritu, atinado al apreciar el color, la forma, la textura.

Pintar, es pues, no sólo dar forma a un material, sino un ejercicio integral, en el que la verdad, la bondad y la belleza son los sustantivos con los que se propone adjetivizar su trabajo, y así su espíritu, su vida de servicio a los demás.

En esta primera exposición, Paulo deja constancia de la espontaneidad y arrojo del principiante, pero también de la madurez de quien toma las cosas en serio. Se abre así, un espacio de propuesta, de mensaje que interpela, un compromiso a perpetuidad por crecer, como él mismo lo afirma.

“Al pintar siento hacerme más persona, comprometerme más con lo bello y lo bueno. Siempre lo que se experimenta rebasa lo que pueda expresar con palabras, por eso pinto”

Actualmente ejerce su ministerio sacerdotal como Vicario Cooperador de la parroquia de San Marcos en Saucillo, Chih.

JOSE LUIS CABALLERO OCHOA