Sobre la exposición

III Abstractos

Casa Lamm, CDMX.

LA EPIFANÍA DEL PAISAJE

Flor María Vargas

Hay que transitar por carretera la basta geografía de Chihuahua, estado natal de Paulo Medina, para comprender el arrobamiento que pueden producir esas enormes llanuras, francamente desérticas, que se extienden hacia el infinito hasta encontrarse con el cielo, igualmente inmenso y plagado de luminosidad.

Cielo y tierra, indisolublemente unidos, distinguidos entre sí solamente por una azulada línea de montañas que se delinea en el horizonte, que más que dividir amalgama férreamente las dos fuerzas cósmicas entre las que vive el ser humano.

Desiertos que antes fueron mares donde se gestó la vida submarina y sobre cuyas aguas pudieron haber navegado tantas naves de velas, tantos sueños, tantas fantasías que se quedaron en la mera evocación de lo posible, pero que ahí están, flotando en el vapor espeso del mediodía soleado o levitando bajo el nocturno cielo estrellado.

Paisajes que en la obra del pintor se transmutan en continuadas formas lineales y el uso intenso de una amplia gama de amarillos, donde apenas se insinúan los azules y el negro irrumpe tímidamente para definir, más que un horizonte, un centro vital que se antoja como un puerto, destino o tierra prometida a la que se desea llegar.

Paulo Eduardo Medina Muñoz nació en Ciudad Delicias, Chihuahua, a mediados de los años sesenta, donde radicó hasta terminar la escuela preparatoria, para partir posteriormente a fin de cauce a las dos vocaciones que le han guiado en la vida: el arte y el sacerdocio.

Por otra parte, la contemplación de la obra obliga al espectador a entrar en sí mismo, para poder interpretarla, detenerse unos momentos y dialogar con ella antes de continuar con la siguiente.

El pintor reconoce que sus pinturas son el medio que él ha tomado para explayar emociones y sentimientos, que cada cuadro expresa un determinado estado anímico, un tiempo, una etapa de su vida, pero que todos tienen que ver con una búsqueda de respuestas y constituyen un acercamiento hacia una verdad trascendente: Dios.

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EL ÉXITO DE LA TRAYECTORIA DEL ARTISTA SE VE REFLEJADO EN SU RECORRIDO PROFESIONAL

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